El Brazo Tiránico de Boves pasó por el Tuy

las habladurias del mastro

La llamada Rebelión Popular de 1814, desencadenó una serie de acontecimientos en Venezuela, peores que los de la Revolución Francesa entre 1789 y 1799, cuyos abominables actos se desplegaron hasta los Valles del Tuy. Ahí podemos nombrar a la Batalla de Alvarenga, que ocurrió aquí mismo en Charallave. ¡Pongan atención y lean la vaina!

En el año 1814 un 20 de febrero, cerca de las tres de la tarde se consiguieron las tropas del Ejercito Libertador de José Félix Ribas, con un batallón de aproximadamente 1500 muchachos entre quienes unos cuantos eran estudiantes del Seminario Santa Rosa de Lima de Caracas; que más adelante se convertiría definitivamente en La Universidad Central de Venezuela, y otros que se fueron integrando al ejercito patriota.

Estos aguerridos jóvenes, cuando iban camino a Ocumare de Tuy en busca de Francisco Rosete, se lo encontraron súbitamente en el camino, teniendo bajo su mando un numeroso ejército de sublevados esclavos entre ellos negros y llaneros, cabalgando desde Ocumare del Tuy; puesto que venían de los Valles de Aragua, a según de Villa de Cura, cumpliendo una orden que le dio José Tomas Boves de irse a Caracas junto con sus hombres a fin de alzarse definitivamente en la capital y hacerle sitio.

A Francisco Rosete lo describieron como un carajo de mediana estatura, de temperamento déspota, arbitrario, las cejas pobladas, narizón, los ojos grandes como el dos de oro, con una calva que casi le llegaba a la nuca, y por los lados un camino e pelo, que mas bien parecía un pichón de loro luango. Nada mas con mirarlo; sin él hablar, ya se sabía que era un grandísimo muérgano.

alvarenga charallave

Los muchachos del Ejercito de José Félix Ribas; cuando mucho el mayor tendría 25 años, jóvenes en la mismísima flor de la juventud, pero estaban un poco agotados de haber luchado en la Batalla de la Victoria que se dio días atrás, el 12 de Febrero de ese mismo año, en la cual resultaron victoriosos delante Francisco Tomas Morales, que también era del Ejercito de Boves. Luego en ese ínterin, José Félix Ribas, recibe una instrucción de Simón Bolívar, donde le informaba la marcha de Rosete hacia Caracas por los Valles del Tuy, y allí salió Ribas esmachetao con todo este grupo de jóvenes con ímpetu de patriotismo a atajar a este tirano y definitivamente ponerlo preso y pasarlo por las armas.

Fíjense ustedes que Francisco Rosete; un 11 de febrero de ese mismo año, en su llegada a Ocumare del Tuy, acabó literalmente con casi toda la población, porque ni siquiera perdonó a los que se refugiaron en la Iglesia San Diego de Alcalá, y a punta de lanza los sacó del templo y cada uno de los cuerpos los despresó como cochino en mesa, mandando después a esparcir las partes a lo largo y ancho de las calles del pueblito de Ocumare.

A según dicen porai los que no leen; pero saben también de historia, que ha de haber sido el Dios Todopoderoso que se apiadó y amasó la mente de Rosete para que perdonara la muerte de tres seres vivientes, y fueron: el cura, un niño y un perro. Ahora queda en un misterio saber que fue lo que le pasó al tirano Rosete que le perdonó la vida a estos seres.

Pero continuando con la Batalla de Charallave, el ejército de Ribas se consigue al de Rosete, en donde llaman Alvarenga de Charallave, a las riveras de la quebrada de Guaremal, que para ese entonces le corría un hilo de agua pues eran tiempos de cabañuelas. Ahí se formó la refriega, que no duró mucho, como una hora tuvieron esos hombres zumbándose machete y lanza, hasta que al final se alzó José Félix Ribas y ganó la efímera batalla, huyendo el tirano hacia los lados de Oriente por lo caminos de las montañas de Guatopo.

jose felix ribas masacre de la iglesia san diego de alcala

Rosete, dentro del apuro y los espavientos de la derrota dejó unas valijas con documentos de sus próximas operaciones, firmados con el puño y letra de José Tomas Boves y también un hierro con una letra “P” parecido a los que usan para marcar las bestias y las reses, cuya relación con uno de los documentos, decían que se los iban a pegar bien caliente al rojo vivo en la frente a los patriotas que vencieran.

Finalmente el 27 de septiembre de 1816 cayó muerto en la batalla de El Juncal en Barcelona, Francisco Rosete, terminándose definitivamente las andanzas siniestras de este bellaco gran sipote. ¡Si señor!

FUENTES:

USLAR Pietri Juan. “Rebelión Popular de 1814”
HERRERA Luque Francisco. “Boves El Urogallo”
Blog Tucuy
Tradición oral, no comprobada científicamente ni en documentos, sólo en la bendita lengua de sus narradores.

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